EL
ANTIGUO HOSPITAL PARA SÍFILICOS
Y SU CAPILLA MARIANA
Y SU CAPILLA MARIANA
Si
la historia nos agrada e interesa, si queremos saber más de lo que sucedió en
el Mágico Centro Histórico, basta con caminarlo, preguntar y adentrase a sus
palacios, casonas o viviendas. Mucho de estos sitios ahora cumplen otra
función, pero no dejan de proyectarnos ese pasado que a través de los años ahí
sigue palpitando y dispuesto para quienes quieren conocerlo y saber que sucedió
ahí y que función tienen ahora esas edificaciones, calles y lugares que
marcaron y fueron parte de la historia del centro de la capital del país.
Uno
de estos edificio es el que albergara en un principio al Real Hospital del Amor
de Dios, donde se atendían los enfermos del mal de bubas o sifilíticos. Fundado
por el Obispo Juan de Zumárraga en 1539. Una vez que el grabador español
Jerónimo Antonio Gil, llegó como tallador a la Real Casa de Moneda, concibió la
idea de fundar una academia al estilo de las que funcionaban en Europa. Se
funda en la Real Casa de Moneda en el año de 1781, bajo el nombre de: Academia
de las tres nobles artes: Pintura, Escultura y Arquitectura.
Para
el año de 1791 se traslada al edificio que albergara al hospital. La fachada es
de estilo renacentista fue realizada bajo la supervisión de Javier Cavallari.
La ventana de la esquina en la planta baja, fue cegada en el año de 1910, para
alojar en una especie de nicho, la réplica de San Jorge de Donatello, que
obsequió el gobierno de Italia al pueblo de México para las fiestas del
Centenario por la Independencia.
En
una reciente visita a la antigua Academia de San Carlos, pudimos platicar con
Gabriela P. Soriano coordinadora de las galerías de la escuela quien amablemente
nos platicó sobre una antigua construcción religiosa que ahí sigue a la vista
de todos, pero también, ignorada por muchos. Se cree que ahí estaba una capilla
Mariana por los rasgos y características que aún tiene, como una gran concha,
la concha Mariana dedicada a la Virgen María, y que permanecía activa en lo que
fue uno de los primeros hospitales para enfermos de sífilis.
Tomemos
en cuenta que ahí en la Academia, el año pasado se realizaron reacomodos y se
encontraron entierros masivos de lo que se cree eran los enfermos, además de restos
de lo que fue el antiguo hospital. Desde la capilla, se puede apreciar el nivel
que tenía el hospital notándose claramente el hundimiento, aunado a que el
suelo del Centro Histórico también se ha vencido a través de los años. La
capilla estaba cerrada y ahora es paso para la biblioteca, ya que la Academia
se amplio y esta sacra construcción quedo como paso por debajo de las escleras.
Esto
nos demuestra, el cómo se ha trasformado la ciudad, como ha cambiado la escuela.
Algo también muy extraño ahora, es que este recinto está a varias calles del
Zócalo y para el siglo XVI, esto era la orilla de la ciudad, siendo, además,
uno de los pocos hospitales en ese tiempo que se encargaban en tratar de curar
a esas desafortunadas gentes que llegaban a morir, pues alguien con una
enfermedad de ese tipo en el siglo XVI difícilmente se curaba.
Sobre
la capilla o lo que aún queda de ella, podemos advertir una hermosa concha en
el techo y otras dos esquinadas. Así mismo, se aprecia pintura y dibujos o
detalles de símbolos en especial el mariano, un tipo de estrella con líneas atractivamente
diseñadas que dan muestra de su pasado y para lo que fue diseñada. Al
contemplarla y saber la función que tenía, nos ponemos a imagina y pensar sobre
los múltiples rezos y suplicas que ahí se dieron, tal vez de esos enfermos que
en su ruego pedían por su recuperación, por su salud.
Se
aprecian otros detalles, más formas y nuevamente imaginamos como estaría en sus
días de esplendor, como es que ahí terminaba el edificio y también notamos,
como ha cambiado a través de los años. Finalmente, nuestra entrevistada, la coordinadora
de la galería Gabriela Soriano, a pregunta nuestra, nos informo sobre los
mascarones que hay en la fachada de la Academia y ¿quiénes son? Y nos relató lo
siguiente:
“El
primero es Carlos III, después Jerónimo Antonio Gil, de lado derecho se cree
(según algunos historiadores) que es Mangino o Couto, estos dos personajes
pertenecían a la junta de gobierno y daban dinero a la Academia, y el otro es el
gran arquitecto Manuel Tolsá. La estatua de la esquina, la origina está aquí en
la biblioteca y se guardó porque en los 80s, los comerciantes ambulantes le
quitaron la cabeza por colgarse y es San Jorge, un San Jorge el del Dragon, la
escultura clásica que hizo Donatello, una copia de exacta que dono Italia para
México en los festejos de independencia”.
Información
muy interesante, pues por lo regular pasamos por esa zona y nunca nos
imaginamos ni vemos que es lo que ahí esta y quienes fueron estos personajes
que le dieron brillo al México colonial. Si usted puede, visite la Academia de
San Carlos, ese antiguo hospital para sífilicos y conozca esa peculiar capilla
y otras maravillas que aun ahí se encuentran. Finalmente, agradecemos a la
coordinadora Gabriela Soriano por su atención y lo invitamos a que redescubra
este interesante sitio.
Roberto
Samael C E
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