martes, 23 de abril de 2013

CONVENTO DE SAN DIEGO DE ALCALÁ

LABORATORIO ARTE ALAMEDA

Los primeros religiosos de la Orden de la más Estricta Observancia de Religiosos de San Francisco (conocidos también como: franciscanos descalzos, recoletos o alcantarinos), se asentaron en México en el año de 1580, ocupando lo que fuera el Hospital de San Cosme y San Damián (cuyo templo aún sobrevive junto a la Av Ribera de San Cosme). Hacia el año de 1591 y gracias al patrocinio de don Manuel de Mauleón y doña Juana Arellano, su esposa, se inició la construcción de un nuevo convento junto a la Alameda, don Manuel quiso que fuera consagrado a su Santo apóstol, más el rey Felipe II se opuso y dispuso que se nombrara San Diego de Alcalá (por quien erróneamente son llamados Dieguinos). El edificio fue ampliado en el siglo XVII, entre los años de 1638 a 1678. Para el año de 1778 todo el conjunto es reedificado, año en que también se levantó la capilla de Los Dolores, luciendo tal cual los apreciamos, con las dos bellas cúpulas. Para el año de 1861 los religiosos fueron exclaustrados y seis años después (1867), era fraccionado el convento para su venta. En su interior existía el entierro de los Condes del Valle de Orizaba. Pinacoteca Virreinal La iglesia continuó en funciones hasta 1934, cuando fue expropiada y se destinó a otros usos, como imprenta, bodega, auditorio para danza y clases de arte dramático. Treinta años después su fachada neoclásica, su torre e interiores lograron sobrevivir a la apertura de calles y a la especulación urbana, hasta que en 1964 el templo fue alistado para ser la Pinacoteca Virreinal y recibir —otra paradoja— los retablos y piezas religiosas de los conventos que habían sido suprimidos por las mismas leyes.

La colección se mantuvo aquí hasta el año 2000 cuando fue trasladada al MUNAL. Y en la actualidad, Laboratorio Arte Alameda En el año 2000, se redefine la vocación de este espacio, y se transforma en el Laboratorio Arte Alameda, dedicado a exposiciones y actividades de arte contemporáneo, con un enfoque especial en las expresiones producidas con soportes electrónicos y tecnológicos, el cual consta de seis salas o espacios claramente definidos: el atrio, la nave principal, la capilla de Dolores, el claustro bajo y el coro que conservan en gran medida su arquitectura original; además posee una sala anexa de construcción reciente. El laboratorio completa su programación con diversas actividades como son conferencias, concierto, proyecciones de video, seminarios o talleres. Cuenta con el Centro de Documentación Priamo Lozada, especializado en arte en nuevos medios. Mediante el Departamento de Servicios Educativos el Laboratorio ofrece visitas guiadas, o para éstas consultar el Centro de Documentación. Uso que presenta hasta nuestros días. 
EL SANTO OFICIO EN MÉXICO
En América, el Tribunal del Santo Oficio se estableció por primera vez en la isla de Santo Domingo, llamada en ese entonces La Española, gracias a que el cardenal Adrián de Utrech, regente del reino e inquisidor general de España, extendió el nombramiento de inquisidor de todas las tierras descubiertas y a descubrir a don Pedro de Córdoba, residente de dominicana. Tres años después de consumada la Conquista de la Nueva España, fray Martín de Valencia, franciscano evangelizador, fue nombrado por Pedro de Córdoba comisario de la Inquisición en México. Aunque los franciscanos no tenían ni bula ni permiso para ejercer ese oficio que era y había sido siempre privilegio exclusivo de los dominicos. Ese primer inquisidor ejerció suavemente el empleo, hasta que a la muerte de Córdoba, llegó de España fray Vicente de Santa María, un dominico. En 1535 el inquisidor general de España y arzobispo de Toledo, Alfonso Manrique, expidió el título de inquisidor apostólico al primer obispo de México, Juan de Zumárraga. Aunque este no creyó prudente establecer aún la Inquisición en México, cometió el tremendo error de formar proceso a un indio, señor principal de Texcoco, bautizado ya con el nombre de Carlos y nieto de Netzahualcóyotl, a quien acusó de seguir sacrificando víctimas a sus dioses. El inquisidor apostólico lo mandó a quemar vivo en la plaza pública el 30 de noviembre de 1539 para convertirlo en la primera víctima del Santo Oficio en la Nueva España. Zumárraga recibió regaño y castigo porque en las disposiciones reales y las reglas del Santo Oficio, se estipulaba que no se podían ejercer rigor ni pena contra los cristianos nuevos de la raza india. Sin embargo, no fue hasta 1571 que el doctor Pedro Moya de Contreras, inquisidor mayor de la Nueva España estableció en México el Tribunal de la Fe, este año, se considera oficialmente, como el del establecimiento del Santo Oficio en México. Las cortes generales y extraordinarias que decretaron en España la abolición de la Inquisición, sesionaron el 8 de diciembre de 1812, y el decreto se pronunció en México en 1813, sin embargo quedó definitivamente abolida hasta 1820.

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